¡Es que le tengo miedo al tiempo! Es lo que más me hace sufrir. Ver cómo pasan los días, y los años..., sin que nada cambie. Hemos crecido sin darnos cuenta, subiendo y bajando la escalera, rodeados siempre de los padres, que no nos entienden; de vecinos que murmuran de nosotros y de quienes murmuramos... Buscando mil recursos y soportando humillaciones... Y mañana, o dentro de diez años, que pueden pasar como un día... ¡Sería terrible seguir así! Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio... Perdiendo día tras día. Por eso es preciso cortar por lo sano.
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